Los relajantes musculares convencionales, al igual que los analgésicos, son útiles para sobrellevar estas molestias.
Los extractos que libera el orégano tienen componentes relajantes y antiinflamatorios, idóneos para disminuir los síntomas de la tortícolis. Aunque la planta suele emplearse con fines culinarios, también se puede usar de forma externa a modo de compresas.
Infusión de orégano
Ingredientes:
2 cucharadas de orégano (40 g)
1 taza de agua (250 ml)
Preparación:
Primero, añade las cucharadas de orégano en una taza de agua hirviendo.
Tapa la bebida y déjala reposar unos 5 o 10 minutos.
Modo de uso:
Cuando la infusión alcance una temperatura apta para su uso, cuélala y sumerge un paño o toalla en la misma.
Posteriormente, aplícala sobre la zona cervical como compresa.
Déjala actuar 5 minutos y descansa.
Repite su uso hasta alivia la dolencia.
Tratamientos relajantes para la tortícolis: Aceite esencial de romero
Uno de los tratamientos relajantes para la tortícolis más populares es el aceite esencial de romero. Este ingrediente terapéutico ayuda a relajar los músculos contraídos y estimula la circulación. Además, tiene un ligero efecto analgésico que disminuye el dolor.
Ingredientes:
5 gotas de aceite esencial de romero
1 cucharada de aceite de coco (15 g)
Preparación:
Para empezar, combina el aceite de romero con el aceite de coco hasta obtener un producto homogéneo.
Modo de uso:
Tras obtener la mezcla de aceites, frótalo en la zona afectada con suaves masajes.
Déjalo absorber sin enjuagar y repite su uso 2 veces al día, si lo consideras necesario.