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13 04, 2022

RECETA DE FANESCA

2022-04-13T08:56:07-05:0013 abril, 22|

INGREDIENTES

  • Zambo- Cortar en cubos medianos 1 tz
  • Zapallo- Cortar en cubos medianos 1 tz
  • Agua 1 tz
  • Cebolla blanca- Cortar en brunoise 1 u
  • Atado criollo 1u
  • Ajo en pasta 1 cdta
  • Mantequilla 1 cda
  • Aceite de achiote 1 cda
  • Leche ½ tz
  • Pasta de maní 1 cda
  • Col- Cortar en juliana ¼ tz
  • Pescado seco, bacalao ½ tz
  • Frejol ¼ tz
  • Alverja tierna ¼ tz
  • Melloco Brunoise ¼ tz
  • Chochos Pelarlos ¼ tz
  • Habas tiernas ¼ tz
  • Choclo tierno Desgranarlo ¼ tz
  • Arroz cocinado Cocinarlo 2 cdas
  • Queso fresco ½ tz
  • Orégano seco c/n
  • Sal c/n
  • pimienta c/n

 

PROCEDIMIENTO

  1. Cocinar el zambo y el zapallo, cernir
  2. Cocinar todos los granos por separado.
  3. Colocar el pescado seco en leche para desaguar el exceso de sal.
  4. Hacer un refrito con mantequilla, aceite de achiote, cebolla blanca, ajo en pasta y la col.
  5. Incorporar uno a uno los granos, mezclar constantemente para que no se asiente la preparación.
  6. Añadir el arroz, el zambo y el zapallo licuado, Cocinar.
  7. Licuar la leche donde se desaguó el pescado con el maní en pasta y un poco de queso fresco. Agregar a la preparación donde se están cocinando los granos. Mezclar.
  8. Mezclar constantemente hasta que la preparación vaya espesando.
  9. Rectificar el sabor.
  10. Al momento de servir decorar con una porción de pescado, hojas de perejil, juliana de ají, maqueño frito, una rodaja de huevo, empanada de viento pequeña, porción pequeña de queso y una porción de cebolla blanca.

Chef Andrés Cevallos

9 01, 2022

Paz y el Año Nuevo

2022-01-16T07:03:42-05:009 enero, 22|

Debido a que no sabemos lo que nos depara el futuro, es posible que sintamos preocupación al inicio de un nuevo año.

Mientras la cruz se dibujaba en el horizonte, Jesús se encontró con Sus discípulos en el Aposento Alto y dijo: «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.» (Juan 14:27 DHH).

La palabra griega que Jesús usó, y que traducida corresponde a “estar preocupado o turbado” significa, además, sentirse molesto, con fastidio o confuso.  Este término también se usaba para referirse al agua que ha sido agitada por un fuerte viento.  Es posible que me esté diciendo: Esta es la imagen que representa mi vida.

No es simplemente el tema de la pandemia, lo que causa que nuestros corazones estén preocupados.  También hay crisis con la economía, violencia, calentamiento global, el agua.  Si quiere preocuparse, hay mucho que le puede mantener preocupado.

Pero hay una mejor manera de vivir: aferrarse a las promesas de Jesús. El habló y la tormenta se detuvo. Él es quien sanó a los enfermos y resucitó a los muertos.

Puede tener paz por el poder de Aquel que le otorgó este gran legado. Él se levantó de la tumba y dijo: «Porque vivo; ¡vivirás también! «Eso quita el miedo a la muerte»

La segunda razón por la que puede experimentar paz es creer las grandes promesas de Dios.  Él dijo: “Nunca te dejaré ni te abandonaré”.  (Hebreos 13:5).

La tercera razón por la que puede experimentar paz es que Dios, no el destino o el azar o el mal, está en control.

Quizás veamos algunas cosas como imposibles, pero el poder de Dios todo lo supera y Él es experto en hacer que las cosas sucedan. Y con esa seguridad camine en este nuevo año con paz, bondad, con la gracia y bendición de Dios.

 Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús. Filipenses 4:7.

27 10, 2021

Colada Morada

2021-10-27T11:13:12-05:0027 octubre, 21|

La colada morada es una bebida tradicional ecuatoriana elaborada con frutas, especias y harina de maíz negro. Se disfruta en familia durante los meses de octubre y noviembre.

Ingredientes:

  • 3 lb de mortiño
  • 3 lb de mora
  • 5 naranjillas
  • 1 lata de duraznos
  • 2 lb de frutillas
  • 1 babaco
  • 1 piña
  • 1 lb de maicena
  • 2 libras de azúcar
  • 1 paquete de hierbas
  • 1 ishpingo
  • 1 funda de especies (clavo de olor, canela, pimienta dulce, anís estrellado)
  • 4 litros de agua

Preparación:

  1. Hacer dulces de babaco picado, frutilla picado y piña picado por separado (azúcar divido en partes iguales)
  2. Picar el durazno en cuadrados pequeños
  3. Hervir el agua con las hierbas, ishpingo y especias
  4. Dejar reposar y cernir
  5. Licuar la naranjilla y cernir
  6. Limpiar bien el mortiño y licuar con 1/3 del agua que hirvió las hierbas y cernir al igual que la Mora con el otro tercio
  7. Licuar la maicena con la otra parte del agua
  8. En una olla grande poner el mortiño, la mora y la
  9. Maicena, dejar que hierva y se cocine, mover constantemente con una cuchara de palo, añadir los dulces y probar el azúcar

Por: Paulina Yépez

 

9 10, 2021

La búsqueda de más

2021-10-10T08:44:27-05:009 octubre, 21|

A medida que pasan los años, la vida se vuelve más compleja. Las exigencias aumentan, se llenan fácilmente las agendas y la energía disminuye. Tener más parece ser mejor. ¿Cómo convierte su vida en algo auténtico? Aquí hay algunas pautas para pensar.

Pauta # 1: Priorizar. Acepte que no puede hacerlo todo. No puede tenerlo todo. No puede ser todo para todas las personas, así que, le guste o no, tiene que decidir qué es importante para usted. Esto, por supuesto, incluye la perspectiva ascendente que le lleva a preguntarse: ¿Cuál es mi propósito en la vida? ¿Tiene Dios algo nuevo, algo diferente, algo valioso para que yo lo logre y que no va a terminar con la rutina que vivo en este momento?

Pauta # 2: Ser auténtico. Esto significa poner un alto a ser llevado por la cultura que nos induce a comprar cosas, hacer cosas, incluso decir cosas porque todos los demás están haciendo lo mismo. Ser diferente no siempre es ser mejor, pero ser auténtico y genuino a menudo significa que estará en compañía de pocos, no de las masas.

Pauta # 3: Simplifique. Estoy pensando en un grupo de adultos de mediana edad que se cansaron del consumismo, de la idea de «tener más y más» y decidieron comprometerse entre sí para no comprar nada nuevo por seis meses, a excepción de alimentos, medicinas y artículos de higiene. ¿Fue un desafío? Sí, por supuesto. La experiencia de seis meses duró un año y cambió sus vidas. Sobre este tema, uno de los libros que ha influido más en mi vida es: La Disciplina de la Sencillez de Richard Foster. Los medios de comunicación y el bombardeo constante de anuncios nos han lavado el cerebro para que vivamos más allá de nuestros medios, infelices y frustrados por no tener lo más nuevo de todo.

Pauta #4: Purifique su pensamiento. Tómese el tiempo para meditar, ayunar y buscar la voluntad de Dios para su vida. Nunca es demasiado tarde para redimir su futuro, ya sea largo o corto. Elimine el ácido del consumismo y decídase a tocar las vidas de las personas heridas. Regale las cosas que ya no usa de su armario y no llene ese espacio de nuevo.

Pauta #5: Vuelva a enfocarse y vuelva a conectarse. Camine por el bosque. Mire las estrellas. Medite en la grandeza de Dios y en Su amor por usted y decida que ya no transitará por el camino ancho hacia el centro comercial.

Corrie ten Boom tenía razón cuando dijo que no deberíamos aferrarnos a nuestras posesiones terrenales con fuerza porque duele demasiado cuando Dios las arrebata de nuestras manos. Ella estaba en lo cierto.

También les dijo: «Manténganse atentos y cuídense de toda avaricia, porque la vida del hombre no depende de los muchos bienes que posea.» Lucas 12:15

 

 

19 09, 2021

El horrible rostro del mal

2021-09-19T01:36:55-05:0019 septiembre, 21|

«¿Cómo podría alguien hacer una cosa tan horrible?» preguntamos. Es esencialmente la misma pregunta que se ha hecho la humanidad desde el día en que Caín, lleno de ira y odio le invitó a su hermano a ir al campo para asesinarlo.

Hoy, cuando uno observa cuadros extremos de cuerpos mutilados, de niños en brazos de rescatistas, de personas huyendo de la violencia, o de rostros de miembros de una familia bañados en lágrimas, cuya mesa está incompleta porque un ser querido murió como resultado de un ataque terrorista, está presenciando el horrible rostro del mal.

En 1974 Billy Graham dijo: «Creo que hay dos aspectos de la profecía Bíblica. Uno nos lleva a entender que nos acercamos a los últimos días y a la Segunda Venida de Cristo. Las cosas irán de mal en peor… Pero creo que a medida que nos acercamos a los últimos días y a la segunda venida del Señor Jesús, también podría ser éste un tiempo de gran avivamiento”

¿Tuvo razón el Sr. Graham? Si hay algo que los escritores de la Biblia afirman a una sola voz es que los días se oscurecerán y serán más violentos a medida que se acerque el fin de los tiempos.

El mal que es endémico en el corazón de los hombres pone de relieve la oscuridad de un mundo sin Dios y sin esperanza, a menos que exista una intervención divina. También pone de relieve la razón por la que el Hijo de Dios dejó el cielo y estuvo dispuesto a cargar con nuestro pecado, alejado de su Padre, colgado en un madero. Como explicó Pablo, “Al que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2 Corintios 5:21).

Gran parte de la Biblia nos habla de lamento y dolor por el estado de la humanidad, la presencia del mal, y la vida en un mundo perverso y arruinado. Pero también nos muestra al buen Pastor que salva a sus ovejas en peligro, al gran Consolador que camina con nosotros por el valle de sombra de muerte y al médico divino que sana y venda los corazones rotos. Que nuestra fe sea avivada, al saber en quién confiamos.

 

Autor:

 

Dr. Harold Sala

Orador, autor y maestro de la Biblia, el Dr. Harold Sala fundó Guidelines en 1963. Siendo pionero en los comentarios de cinco minutos en la radio cristiana, Guidelines Commentary on Living se transmite en 49 de los 50 estados y en todo el mundo en una variedad de idiomas. https://www.guidelines.org/devotional/speaker/dr-harold-j-sala/

 

 

 

 

 

 

5 09, 2021

¿Tener éxito con el mínimo esfuerzo?

2021-09-05T07:18:01-05:005 septiembre, 21|

 Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría. Eclesiastés 9:10.

William Wadsworth Longfellow escribió en una ocasión: “Las vidas de los grandes hombres nos recuerdan que podemos hacer que nuestras existencias sean sublimes y, que, al partir de este mundo, dejemos huellas en las arenas del tiempo”. Hoy, sin embargo, a la mayoría no le interesa dejar huellas en las arenas del tiempo. Las cosas se quieren de la manera más fácil y rápida. Tener éxito con el mínimo esfuerzo.

¿Qué motivó a los artistas, autores y eruditos del pasado a ir en pos de la excelencia? Ciertamente no la fama o fortuna, porque muchos de ellos, si no la mayoría, enfrentaron la pobreza, y sobrevivieron con migajas que recibieron de la corona o de mecenas adinerados.

Creo que estas personas alcanzaron la excelencia por su firme convicción de que Dios requiere lo mejor de nosotros y hacer menos, no es solo un pecado contra Dios, sino también una vergüenza para su familia. Algunos han llamado a esta forma de trabajo, la antigua ética del trabajo protestante, algo que se convirtió en evangelio para los puritanos y calvinistas. Pero fue esta disciplina que impulsó el arte, la educación y la literatura durante siglos.

Como dijo Pablo: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;” (Colosenses 3:23). ¿Está contento con hacer lo mínimo o está decidido a hacer lo mejor que pueda, ya sea que conduzca un autobús, dirija una corporación, enseñe en una escuela o corte el césped?

Longfellow concluyó su «Salmo de la Vida», diciendo: “Entonces pongámonos de pie y hagamos las cosas, con un corazón listo para enfrentar el destino, sin dejar de lograr, perseguir, aprender a trabajar y a esperar”.

A menos que no haga su mejor esfuerzo, nunca sabrá lo que pudo haber logrado.

Autor:

Dr. Harold Sala
Orador, autor y maestro de la Biblia, el Dr. Harold Sala fundó Guidelines en 1963. Siendo pionero en los comentarios de cinco minutos en la radio cristiana, Guidelines Commentary on Living se transmite en 49 de los 50 estados y en todo el mundo en una variedad de idiomas. https://www.guidelines.org/devotional/speaker/dr-harold-j-sala/

12 08, 2021

DISCIPLINAS ESPIRITUALES EN DÍAS OSCUROS

2022-09-21T14:38:17-05:0012 agosto, 21|

Acabábamos de conducir a casa después de un día de Navidad maravillosamente feliz con algunos miembros de nuestra familia. (Nuestro gobierno nos permitió mezclarnos ese día, pero tuvimos que conducir a casa esa noche listos para el próximo período de estrictas restricciones de COVID). Mientras arreglaba las cosas en casa, se me llenaron los ojos de lágrimas. ¿Por qué? Después de todo, había sido un día hermoso, lleno de armonía y alegría familiar.

Bueno, a los días naturalmente oscuros (para nosotros en el hemisferio norte) y al clima gris y húmedo (del cual hemos tenido mucho) se agregó la tristeza de las restricciones de COVID, la miseria del distanciamiento social, la interrupción de la iglesia y el incertidumbres acerca de cuándo podríamos volver a ver a familiares o amigos valiosos.

No hay nada de especial en mi tristeza. Pero me impulsó a reflexionar sobre qué disciplinas espirituales serían beneficiosas para mí y para otras personas que experimentan la oscuridad.

Las resumo en cinco palabras.

1. Lamento

El lamento se centra en tres verdades: el carácter de Dios, la verdad sobre mí mismo y la tristeza que está en la raíz de todos nuestros dolores.

Existe toda la diferencia en el mundo entre derramar lágrimas y derramar “lágrimas a Dios” (Job 16:20). Porque cuando lloro en la presencia de Dios, lo hago ante el rostro del amor infinito, la sabiduría infalible, la fidelidad inmutable y la bondad infalible; ante el Padre que envió a Su Hijo para salvarme; ante el Hijo que me amó y se entregó a sí mismo por mí; en el poder del Espíritu que derrama amor en mi corazón. El llanto puede sentirse solo; llorar en la presencia de Dios nunca lo es.

Pero el lamento bíblico (por ejemplo, en los Salmos o en los cánticos de Lamentaciones) también me presiona a recordar quién soy como doliente. Por naturaleza soy un rebelde en un mundo bajo el pecado. Y, sin embargo, en Cristo no soy simplemente caído, sino justificado: un pecador para quien no hay condenación, un pecador cuyos pecados son llevados por la muerte del Señor Jesús.

Entonces, ¿por qué, en Cristo, debo afligirme? Quizás Romanos 8:17 lo expresa de la manera más clara: «Sufrimos con Cristo para que también seamos glorificados con él». En este mundo, esperamos sufrir. Ya sea por enfermedad, frustración, duelo y debilidad, o —para muchos— en persecución de un tipo u otro, el sufrimiento no debería sorprendernos. Pero es maravilloso recordar que no sufrimos solos. Nuestros dolores nos llevan a la comunión con Cristo.

2. Agradecimiento

Una vez, cuando me sentía bastante deprimido y lleno de autocompasión, un amigo me escribió una carta diciéndome lo útil que había encontrado la disciplina de la acción de gracias diaria. En lugar de reprender mi mala actitud, enumeró algunas de las bendiciones por las que agradeció y me recomendó implícitamente la práctica. Nunca he olvidado su bondad ni sus consejos.

La acción de gracias coexiste en la vida de fe con el lamento, como tantas veces vemos en los Salmos. Impregna las oraciones del apóstol Pablo. No dar gracias es uno de los marcadores fundamentales de la idolatría en Romanos 1:21. Parece claro en las Escrituras que la acción de gracias no es una disciplina simplemente para cuando me siento agradecido, sino también una disciplina para los días oscuros.

Y por eso estoy conmoviendo mi alma de nuevo para dar gracias a Dios. De él fluye toda bendición espiritual (Efesios 1:3), todo lo que poseemos en Jesús, de modo que, en las palabras de un cántico maravilloso, «ya no hay más para que el cielo nos dé». Habiendo dado a Jesús, Dios me ha dado todo lo que necesito para la vida y la piedad.

Esto me impulsa a hacer mi acción de gracias más particular mientras exploro el orden providencial de Dios en mi vida, trabajando todas las cosas para el honor de Jesús y para mi bien.

 3. Regocijo

Seguida a la acción de gracias está la disciplina del regocijo. Una vez más, esto a menudo coexiste con lágrimas en la paradoja de la vida de la fe (“triste, pero siempre gozoso”, 2 Cor. 6:10). Necesito permitirme que me recuerden, que me conmuevan, que me reconforten las verdades que conozco acerca de Dios mi Salvador, las verdades anunciadas y proclamadas en el evangelio del Señor Jesús.

No quiero tener miedo de renovarme. He estado reflexionando sobre esa extraña exhortación en la carta de Judas: “Guardaos en el amor de Dios” (Judas 21). O, parafraseando: ¡Sigue y sigue siendo amado por Dios! Déjate amar. No te alejes de ser amado. Es una exhortación extraña, pero necesaria porque mi tendencia natural es alejarme, ya sea en una miseria legalista de activismo desesperado, o en una búsqueda vana de la felicidad lejos de Dios, o en la creencia de que Su ley es represiva y aplastante.

4. Intercesión

Recientemente, leí 2 Corintios 8:9 y me sorprendió el fluir de la gracia divina: Jesús se hizo pobre para darnos riquezas, lo que luego nos mueve a derramarnos por los demás para que ellos también se vuelvan ricos. Cuando Pablo describe su propio ministerio como “pobre, pero enriqueciendo a muchos” (2 Cor. 6:10), suena notablemente como el modelo de su Maestro. Nuestra oscuridad actual puede convertirnos en nosotros mismos (al menos, lo hace para mí), pero el evangelio de Jesús nos enriquece y nos vuelve hacia afuera.

Para mí, esto significa una renovada disciplina de intercesión por los demás. Sospecho que el servicio más auténtico hacia los demás tiene sus raíces en la oración de intercesión por ellos. Orar por los demás nos evita la introspección destructiva y la autocompasión.

5. Obediencia

Finalmente, como he luchado en algunos días oscuros para levantarme de la cama y continuar con las tareas del día, ha sido útil recordarme a mí mismo que, mientras haya vida, hay buenas obras preparadas para que caminemos (Ef. 2:10). Muy a menudo pienso que esto es “la obediencia de la fe” (Rom. 1:5), obediencia simple que cree que Dios ha puesto las buenas obras delante de nosotros y confía en que Él nos dará fuerza para lo que nos ha llama hoy.

Y tan a menudo empezar, es la clave. Porque donde hay un comienzo, puede haber una continuación, hasta que al final pueda mirar atrás a un día bien empleado, por poco que crea que he logrado.

 

ESCRITO POR: Jorge Luis Rodríguez

18 07, 2021

Pablo, un hombre cambiado radicalmente

2021-07-18T18:18:39-05:0018 julio, 21|

Pero les resistía Elimas, el mago (pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul. Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, 10 dijo: !!Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?
Hecho 13:8-10

Llama la atención la sincera transformación de Pablo al encontrarse con Jesucristo en el camino a Damasco. Es un hombre lleno del Espíritu Santo que no solo predicaba con pasión el mensaje del Evangelio, sino que era respaldado con poder y autoridad de Dios como vemos en Hechos 13, ante la oposición de Simón el Mago. Pablo es modelo del verdadero creyente en Cristo, como afirmó a la gente en 1 Corintios 11:1: Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”.    

Fue un hombre bien preparado para su tiempo. Cuando tenía 14 años estudió en su ciudad, Tarso de Cilicia, siendo el deseo de sus padres que llegara a ser un doctor de la Ley. Fue a Jerusalén, en dónde, estudió a los pies de Gamaliel, insigne letrado. 

El Señor Jesús vio en Pablo un hombre comprometido que se convertiría en uno de los mayores predicadores del Evangelio. Pablo se comprometió totalmente con la causa de Jesús. No se quejaba, sino por el contrario se regocijaba de haber sufrido por Jesús. 

Los sufrimientos de Pablo por el Evangelio fueron muchos y en diversas formas. Él se había entregado a su Señor de manera ilimitada. Amaba en realidad a Jesús y estaba dispuesto a darlo todo. Su cambio fue radical. (2 Corintios 11:24-27) “De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez”.

Hechos narra la primera travesía de Pablo junto a Bernabé. Luego Pablo hizo dos viajes más predicando el evangelio de Jesucristo y fundando congregaciones. Al final de su ministerio, llegó a Roma donde permaneció dos años bajo arresto domiciliario, y allí predicaba la Palabra. La muerte de Pablo ocurrió posterior al Gran Incendio de Roma en julio del año 64.

Los escritos de Pablo enfatizan la crucifixión, la resurrección y la Segunda venida de Cristo. El apóstol Pablo nos dejó sus epístolas que han sido fundamento de nuestra doctrina cristiana. También dejó el más desafiante testimonio de entrega total a Jesucristo. (Romanos 1:16) “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”.      

 

– Dairo Rubio Gamboa

10 06, 2021

TRES ENEMIGOS EN EL MATRIMONIO

2022-09-21T14:38:24-05:0010 junio, 21|

Este mes mi esposo y yo cumplimos tres años de casados. Debo comenzar contándoles que Andrés y yo somos muy diferentes y, durante estos primeros años de matrimonio, no todo ha sido color de rosas. Luego de los primeros meses de luna de miel aparece el verdadero desafío del matrimonio: APRENDER A AMAR.

¿Que si yo sabía amar antes de casarme? Diría que sí. Mi amor no era perfecto, pero creo que lo hacía bastante bien con la ayuda de Dios. Al menos eso era lo que pensaba. Después de tres años estando casada, me doy cuenta de que no había sido tanto así. Mi amor ha sido perfeccionado en el matrimonio y aún continúa siéndolo.

Amar al prójimo es una cosa: amar a los padres, a los hermanos, a los amigos, a los colegas de trabajo, a los vecinos, a la viuda, al huérfano, al extranjero, al indigente, al enemigo, etc., etc. Venimos toda una vida practicando este amor.

Amarnos a nosotros mismos es otra cosa que venimos practicando toda una vida. Pero algo distinto es: “amarse a ‘uno mismo’ y que ese ‘uno mismo’ no sea uno”.

¿Qué es eso? Se preguntarán. ¿Qué significa esa frase tan rara que acabas de lanzar? Ya sé que parece un enigma o algo que no tiene sentido, pero es lo que es. Amar al cónyuge es amarse a uno mismo. Va más a allá de amar a alguien con el que se convive. Dicen algunos que el matrimonio se vuelve difícil debido a que el factor “convivencia” entra en juego. Pero no es solo eso, se trata de un desafío y compromiso de amor altamente espiritual que no se lo tiene con ninguna otra persona.

Para darles un ejemplo: En mi familia de origen, cuando vivíamos aún en casa ya de adultos teníamos la costumbre de que cada uno se arregle como pueda en las comidas. Es más, cada uno hacía sus compras y dentro de la refrigeradora se etiquetaban con nombre ciertas cosas para no confundirlas. Esto lo hacíamos para llevar un orden y por respeto a los demás. Si alguien comía algo, nadie estaba obligado a brindar nada, aunque muchas veces lo hacíamos. Pero no era nada de “vida o muerte” cuando alguien no lo hacía. En la casa de origen de mi esposo, las cosas eran diferentes. Todos compartían en la mesa las comidas y hasta ahora lo hacen. Todos los alimentos en casa eran de todos.

Desde que Andrés y yo nos casamos, compartimos la mayoría de las comidas juntos, no porque lo hubiéramos planeado, sino porque se dio orgánicamente de esa manera. Nunca habíamos hablado de este tema hasta que un día me atreví a comer sin él y no le brindé lo que había preparado. En ese momento me abrió su corazón y me contó que para él significaba mucho el compartir las comidas.

¿Qué hacer con los valores diferentes que hemos aprendido en nuestros hogares? ¿Cómo llegar a un acuerdo con nuestro cónyuge al momento de formar un nuevo hogar? Es muy importante tomar en cuenta estas diferencias porque éstas, así como pueden potenciar nuestro matrimonio, también lo pueden acabar.

A continuación, quiero resumir tres enemigos que podrían estar ocultos en medio de lo que llamamos “nuestros valores familiares” con los que entramos al matrimonio y a los que hay que erradicar en el amor de Cristo.

1) Individualismo

Hay un viejo y conocido refrán africano que dice: “Si quieres llegar rápido anda solo, pero si quieres llegar lejos anda acompañado”. Siempre será más rápido, y a veces más fácil, hacer las cosas uno solo. Uno de los valores del mundo, que en este artículo llamaré “antivalores”, es precisamente el individualismo. ¡Y qué tan lejos de la esencia de Dios está esto! Los llamo antivalores porque están directamente en contra de los valores del Reino. Dios es trino (2 Corintios 13:14) y muy bien conocemos que Él ama la comunión o términos como compañerismo, unidad, intimidad o relaciones (Juan 10: 30, Juan 13:34-35, Juan 17:21-23). Él mismo encarna este valor al ser Padre, Hijo y Espíritu Santo, y gozarse en su identidad.

Él desea que sus hijos experimenten lo mismo viviendo una vida en base a relaciones. Al ser humano, por cuanto es pecador, se le torna difícil relacionarse con otro pecador al igual que él. Es por eso que opta por la opción más fácil de vivir individualmente para ahorrarse los conflictos que pueden darse en las relaciones.

En el caso particular del matrimonio, esta intimidad entre dos seres humanos es mucho más profunda. Dios lo determinó así, de manera que le dijo al varón y a la mujer que serían una sola carne (Génesis 2:24). Este concepto de una sola carne es una locura para el mundo. Es algo imposible de entender y peor de practicarlo. Lo que el mundo dice acerca del matrimonio es:

“Juntos, pero no revueltos. Te dejo entrar a mi vida, pero hasta cierto punto. Comparto contigo el paraíso, pero tus demonios y los míos, mejor no los topemos. Quédate con los tuyos y yo me quedo con los míos, así podremos vivir en armonía”.

El hombre individualista atesora para sí lo suyo. Es por eso que los demonios (pecados) nunca se van de su vida porque no han sido expuestos y enfrentados en el contexto de una relación (Proverbios 27:17).

El considerar en cierto punto que “mi cónyuge no tiene nada que ver conmigo” nos hace egoístas. “Si mi esposo se equivoca en algo, pues que se la arregle él sólo, como bien pueda, que solucione el problema sin mi ayuda, para que aprenda”. Si queda mal, pensamos: “pues se lo buscó”. No consideramos que, si mi pareja queda mal, yo también quedo mal.

Muchas veces somos muy duros con nuestros cónyuges porque nos olvidamos de que somos una sola carne, o porque sencillamente nosotros somos duros con nosotros mismos, y de la misma manera tratamos a nuestra pareja, con altas exigencias y con poca gracia.

El ser una sola carne, tiene que ver con lealtad y complicidad. Le decimos a nuestra pareja: “Si tú ganas, yo gano, si tu pierdes yo pierdo, si a ti te duele, a mí me duele, si a ti te alegra a mí me alegra” (Romanos 12:15).

2) Hedonismo

La RAE describe al hedonismo como la tendencia a la búsqueda del placer y el bienestar en todos los ámbitos de la vida. El ser humano en su naturaleza pecaminosa es hedonista. Busca el placer y huye de todo lo relacionado con el dolor. Muchas parejas se casan con altas expectativas de poder ser felices por siempre. Lamentablemente en la mayoría de los casos, los votos matrimoniales “juntos en la riqueza y en la pobreza, en la salud y la enfermedad”, se los dicen de la boca para afuera, sin estar realmente comprometidos con ellos. Muchos matrimonios se terminan al desvanecerse la ilusión de que todo iba a ser color de rosas. Muchos no están dispuestos a vivir la arista sufrida del amor que la misma Biblia la menciona (1 Corintios 13:4).

Al vernos decepcionados muchas veces de nuestro cónyuge, optamos por apartarnos, por hacernos a un lado, por rendirnos y no seguir amando. El hedonismo no cumplido en nuestra vida nos lleva en muchos casos al individualismo. Vivir en el mismo techo, pero separados en alma y espíritu. Pagar con la misma moneda: “Si no me das lo que necesito o lo que yo quiero, yo tampoco tengo porqué darte nada”. Una pareja viviendo juntos, pero remando en direcciones muy distintas y a veces hasta apuestas.

La cooperación no existe y en muchos casos llega la famosa competencia y finalmente el abandono. El que verdaderamente ama no abandona, no se rinde, lucha hasta las últimas consecuencias y apuesta hasta el final por el bienestar de la relación (Mateo 5:38-48).

3) Falso amor

Hace pocos días escuché a un famoso psicólogo dando una charla on-line sobre relaciones de parejas. En su tesis explicaba que existía una diferencia entre el amor universal y el amor entre parejas. Decía que el amor universal es el que uno siente y expresa por la humanidad, por ejemplo, cuando se ayuda dando de comer a los niños de África sin esperar nada a cambio. Pero que el amor de pareja no es lo mismo. Este amor debe ser correspondido, sino no es amor y no funciona.

Lejos de quedarme sorprendida de su afirmación, me confirmó una vez más, los conceptos tan equivocados que el mundo maneja sobre el amor. Me dio hasta un poco de gracia escuchar esta definición de amor universal, un amor que para mí no es amor, ni siquiera porque no espera nada a cambio, “supuestamente”. Esas obras altruistas, muchas veces están lejos de ser amor, son simplemente manifestaciones de nuestro ego, de querer ayudar a otros porque sencillamente esto nos hace sentir bien (1 Corintios 13:3).

Ya Dios lo determinó, el amor no es egoísta, el amor es sufrido. Muchas veces no será correspondido y no por eso deja de ser amor. Todo lo contrario, el amor da sin esperar nada a cambio (1 Corintios 13).

En conclusión, ya sea que estés soltero o estés casado luchando por la causa, no te olvides que primero vas a tener que estar dispuesto a morir.

Para terminar, les dejo esta frase que alguna vez la leí o la escuché por ahí:

“Yo me casé porque tenía tanto amor de parte de Dios que quise entregar lo que me sobraba”.

Les dejo esto por aquí y me retiro lentamente. ¡Hasta una próxima!

 

ESCRITO POR: Daniela Cotrina

3 06, 2021

CRISTIANISMO TÓXICO: LA DOBLE CARA DEL CRISTIANO

2022-09-21T14:38:25-05:003 junio, 21|

Lobos rapaces vestidos de ovejas. (Mt 7:15)

Sepulcros blanqueados. (Mt 23:27)

¡Serpientes, generación de víboras! (Mt 23:33)

Imagina que dijeran eso de ti. Peor aún, imagina que Jesús dijera esto de ti: el Príncipe de Paz, el hijo de amor que murió por la humanidad. ¿Quién puede hacer surgir en los labios de Cristo estas palabras como dardos afilados? – Los hipócritas.

Cuando pensamos en hipócritas, como cristianos, inmediatamente, pensamos en los fariseos. En nuestra mente se forma una imagen maquiavélica de hombres que enriquecen sus bolsillos y se ríen de los desdichados que logran engañar para su propio beneficio. Es cierto, que muchos eran así. Pero más cierto es que la verdadera imagen de la hipocresía no siempre está en los fariseos de hace 2.000 años. El rostro de la hipocresía lo vemos cada domingo en la iglesia. Nos saluda afectuosamente mientras entramos. Nos dirige en canciones y toca los instrumentos de manera hermosa. Nos lidera en oración y nos enseña sobre la palabra de Dios. Se sienta a nuestro lado y es nuestro amigo, nuestro hermano. Pero más que todo esto, la cara de la hipocresía la vemos todos los días en el espejo.

Cristianismo Light

Muchos recordarán cuando las bebidas bajas en azúcar salieron al mercado y empezaron a ser populares. Todo llevaba la palabra light, zero o diet al final. Nos vendieron la idea de tener los mismos beneficios del producto original (sabor) sin tener las consecuencias negativas de algunos ingredientes como el azúcar. Pero como dice la sabiduría popular “si parece demasiado cierto para ser real, entonces lo es”. Años después salieron estudios comprobando que los edulcorantes no calóricos realmente pueden ser nocivos para la salud. En grandes cantidades puede ser incluso peor que el producto original.

Así es el cristianismo light. Promete que puedes seguir a Jesús, pero seguir disfrutando de lo que hacías antes. Puedes ir a la iglesia, pero puedes salir a tomar con tus amigos. Puedes publicar versículos cristianos en tus estados, y puedes seguir acostándote con tu pareja sin estar casados. Puedes decir que amas a Jesús, pero puedes subscribirte también al horóscopo, la ley de la atracción, el misticismo ancestral, etc. El cristianismo light, te vende gato por liebre. Si no es Jesús; 100% Jesús, entonces no es el Evangelio.

Nos subscribimos a esta corriente de pensamiento incluso sin pensarlo. La gente no estudia la palabra, no se preocupa por buscar a Dios, no busca corregir y renovar su pensamiento con la Palabra. Por eso nunca nos damos cuenta de que lo que hacemos está mal. El ser humano tiende naturalmente a la hipocresía, es parte de nuestra naturaleza de pecado. Si no estamos continuamente renovando nuestras mentes y enfocándonos únicamente en el evangelio de Cristo, vamos a dejarnos engañar por corrientes que nos alejan de Dios. Como la parábola de los cimientos en Lucas 7. Todo lo que no es Cristo es como arena. Solo Cristo es la roca firme, y si construimos nuestras vidas sobre algo que no sea completamente Cristo, se va a derrumbar eventualmente. La arena va desapareciendo y nuestra vida se derrumba. La hipocresía nos dice que podemos tener a Cristo y a la vez una vida que no lo refleja a Él. La hipocresía nos vuelve tontos (sin ánimo de herir susceptibilidades) .

Hipocresía en la Iglesia

Creo que podemos dividir las hipocresías del cristiano en 2 grupos. Aquello que ocurre dentro de nuestras comunidades cristianas y aquello que ocurre fuera de nuestras iglesias. Lo que nos afecta como hermanos y lo que afecta el testimonio de la iglesia. Lo interno y lo externo.

Interno

La hipocresía interna de la iglesia se manifiesta de dos formas: no hacer lo que predicamos y juzgar a los demás siendo iguales o peores. En la iglesia no suele faltar ninguna de estas dos manifestaciones. No importan qué tan grande o pequeña sea la congregación siempre habrán chismes, palabras necias, sospechas y mentiras. Santiago nos habla mucho sobre la lengua y el poder de las palabras.

Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

Santiago 3:9-10

Hace 2.000 años lucharon con esto y hoy en día también. Santiago es muy claro: no debe ser así. Cuidemos nuestra lengua. La gente bendice a Dios y maldice a la gente con la misma boca. ¿Cómo estamos usando nuestra boca? Como cristianos no debemos ser así.

Otro problema es que damos una falsa apariencia de quienes somos. Un fenómeno extraño es que cuando los cristianos entran por las puertas de su iglesia de repente les crecen alas, les sale un halo sobre su cabeza y comienzan a flotar sobre el piso. Todos nos volvemos tan santos como los ángeles. Pero tan pronto salimos por esas puertas, botamos el halo al piso y nos parecemos más a los ángeles caídos.

Ponemos una pantalla de cristianismo, una apariencia, una máscara. De hecho, la palabra hipocresía viene del griego “actor”, literalmente significa ponerse una máscara. Muchos cristianos creen que con aparentar algo que no son, es suficiente. Tristemente ninguna apariencia falsa dura para siempre y el engaño eventualmente se descubre. No puedes “falsearlo hasta lograrlo”.

Hace poco una amiga me contó que de joven tuvo una gran amistad con una familia misionera. Eran casi como familia. Un día viajó a su país y decidió saludarlos, pero la trataron de la peor forma, casi como a una delincuente. ¿Dónde quedó el amor de Cristo? ¿Dónde quedó el corazón del misionero? Eso no puede suceder entre nosotros. No podemos ser una persona en la iglesia y en el campo de misiones y otra persona completamente diferente en otros ámbitos.

Exterior

Fuera de la comunidad cristiana también demostramos hipocresía y es una de las cosas más dañinas para el testimonio de Cristo. He perdido la cuenta de cuántas personas me han dicho que no creen en la Biblia o en Cristo por culpa de la hipocresía cristiana.

Me gusta su Cristo; no me gustan sus cristianos. Los cristianos son tan diferentes a su Cristo. Mahatma Ghandi

Cuando proclamamos el amor de Jesús con nuestra boca, pero nos damos vuelta e insultamos a las personas, no es ser como Cristo. Hace poco un auto me cortó el camino de manera peligrosa y por poco causa un accidente. Cuando sucedió lo primero que noté fue el pescado de Jesús (IXOYE) en la parte de atrás. Me pregunto qué tipo de cristianismo predica esa persona en su vida diaria, si conduce sin temor a Dios o a las personas.

Quizás ustedes conocen también personas que hablan muy bonito de Dios en persona pero sus redes sociales cuentan una historia completamente diferente. En realidad, si soy honesto, yo fallo en esto continuamente. Algo me causa gracia y lo publico, pero luego de algún tiempo considero que quizás a Jesús no le habría agradado eso. Es una lucha constante, reconozco que soy débil y fallo en esto. A veces tomamos nuestra naturaleza pecaminosa como excusa y justificamos nuestro pecado. Qué peligrosa es la hipocresía. Pablo acuso a los Corintios de gloriarse en el pecado. ¿Cómo reaccionaría Pablo al ver lo que publicamos y las cosas de las que nos reímos?

Nuestro humor, nuestros memes, nuestro trato con amistades, todo debe reflejar claramente a Cristo. Como la luna refleja al sol y deslumbra en la oscuridad más fiera. Cualquier cosa que no es Cristo en nuestra vida opaca Su reflejo y no es digno de un cristiano.

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.

Filipenses 4:8

De la abundancia de nuestro corazón hablan nuestras redes sociales. Ese es nuestro testimonio de Cristo al mundo. Tengamos cuidado de no destruir la imagen de Cristo.

¿Qué puedo hacer?

Toda la vida lucharemos con la hipocresía en nuestra vida. Es la naturaleza del cristiano porque somos de una manera (pecadores) y aspiramos ser de otra (santos). Pablo dice en Filipenses “yo no pretendo haberlo ya alcanzado”. No debemos pretender ser lo que no somos. Pero, aunque todos somos hipócritas, aspiramos a algo mejor. Ponemos nuestros ojos en Cristo y proseguimos hacia la meta.

No somos llamados a ser perfectos, pero somos llamados a ser cada día más como Cristo. Si alguien dice o parece ser perfecto, ten por seguro que no lo es. No es más que falsedad lo que aparenta en su vida. Seamos honestos sobre nuestras fallas y no esperemos perfección de una humanidad caída. Más bien animémonos unos a otros a ser más como Cristo, entendiendo que, así como mi herman@ falla yo también fallo, y más. Saquemos la viga de nuestro ojo antes de criticar la mota en el ojo de los demás.

El problema de la hipocresía es en sí un problema de enfoque y falta de humildad. Cuando estamos ensimismados en nuestra vida, fallamos. Tratamos de vivir por nuestras propias fuerzas, mostramos lo que hay en nuestro interior, hacemos nuestro mejor esfuerzo, pero nunca es suficiente. No podemos decir que somos seguidores de Cristo si realmente nos seguimos a nosotros mismos primero y a Jesús después. Cristo debe ser nuestra meta. Jesús es nuestro objetivo. Si nuestros ojos están puestos en Él, nos acercamos más a su perfección y lo logramos con sus fuerzas. Lo que reflejamos es Cristo porque es quien ilumina nuestro rostro. Pero si vivimos solo en nuestras capacidades, lo que reflejamos es nuestras propias fallas y pecaminosidad. Todo se vuelve una máscara de hipocresía.

Pon los ojos en Cristo y prosigue hacia la meta. Admitamos que somos pecadores, pero que aun así buscamos ser mejores. No es hipocresía admitir que somos pecadores aunque seguimos a Cristo. Hipocresía es pretender ser perfectos cuando la Biblia claramente dice que no lo somos. No seamos hipócritas. Seamos reales. Seamos cristianos.

 

ESCRITO POR: Bryan Rubio

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